Cuidado con los reportes y cálculos hechos por un “alumno de secundaria”…

Hoy les comparto una historia “basada en hechos reales”.

Evidentemente, no puedo dar los nombres reales. Se trata de contar una anécdota y no de quemar empresas.

Por el paso del tiempo, se empezó a notar que la instalación eléctrica de un edificio, ya presentaba más fallas que las que comúnmente tiene. Después de una inspección, se encontró que una zona puntual era la que requería un cambio más que necesario: los tableros que alojaban los interruptores automáticos de transferencia.

Bueno, detectado el problema, se procedió a contratar los servicios de una empresa (a la que llamaremos “Empresa X”), para suministrar unos enormes tableros llenos de esos interruptores eléctricos automáticos (contactores).

El tablero nuevo tenia, más o menos, la siguiente disposición:

Barras de cobre + conductores alimentadores (negros) + conductores derivados (azules y rojos) + contactores de estado sólido = tablero de mini trasferencias.

Hasta aquí todo pintaba bien… hasta que llegó el momento de revisar lo que ellos llamaban “ingeniería”.

O bueno, la Empresa X le llamaba así a un reporte que contenía imágenes muy bonitas y muchas definiciones de la RAE… pero nada de ingeniería.

Para empezar, utilizaron una tabla de manual de electrónica (reitero: electrónica), como base para obtener la capacidad de conducción de corriente de un equipo eléctrico (reitero: eléctrico).

Aquí es donde nuestra querida norma oficial empezó a darse de topes…

Electrónica contra electricidad
¿De qué lado estás?

Respuesta donde manifiesto mi apoyo a la electricidad…

Ahí no quedaba el asunto de los conductores eléctricos. Tocó el turno a los factores de ajuste, que es, dicho sea de paso, son datos que se deben utilizar forzosamente para todo cálculo de conductores eléctricos:

Esto es parte de la Empresa X

Y aquí parte de la lógica:

Voy a obviar toda la parte de las protecciones eléctricas porque, estoy seguro que usted, amable lector, ya se pudo advertir por dónde iban los tiros (hacia la Empresa X, evidentemente).

Ah pero… si la parte de conductores derivados está mal, ¿no es adecuado ir a revisar la parte de los conductores alimentadores? Posiblemente, algo por ahí este mal…

Madre mía…

A estas alturas del partido, la mejor opción que se encontró es que la Empresa X se hiciera a un lado y se me otorgó la responsabilidad de hacer los cálculos.

Lo primero fue hacer un diagrama del gabinete:

El siguiente paso: establecer el orden de las mini transferencias.

Aquí es importante resaltar que, el cambio de equipos implica que las capacidades de las protecciones, deben ser las mismas. Si la Empresa X utiliza las mismas protecciones con calibres de cable menores, se entenderá entonces el por qué del señalamiento a la falta de concordancia.

Siguiente paso: conductores eléctricos generales (entre barras y clemas).

Este proceso para cada fila (clema), y por cada tablero (3 en total)

Siguiente paso: conductores derivados.

Y así, hasta obtener los conductores de las poco más de 120 mini transferencias…

Sobra decir que fue un proceso muy largo y laborioso, pero, recordemos que, cuando las cosas se hacen con pasión y entrega, no hay imposibles.

CONCLUSIONES

Todos los conductores eléctricos que se utilicen para instalaciones o dispositivos eléctricos armados, deben ser coincidentes con lo establecido en la NOM-001-SEDE-2012. 

Si detectas alguna falla en algún punto del proyecto, es importante revisar todo lo que se deriva y nace de ese punto. En este ejemplo, prácticamente todas las clemas de conexión estaban mal dimensionadas.

No dejes que la ignorancia, la falta de profesionalismo, la poca capacidad técnica y el nulo conocimiento normativo (en cuanto a diseño en ingeniería se refiere), sean los puntos más altos de tu proyecto. Toda empresa o profesionista, debe hacer trabajos serios y respaldados por todo el rigor que la ingeniería en instalaciones eléctricas exige. Las pruebas siempre hablarán por sí solas.

Tu tiempo es oro. Tu proyecto conlleva un tiempo para hacerse. No tires el tiempo con empresas que hacen las cosas como si se tratara de un trabajo de secundaria.